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Una preocupante coincidencia han mostrado los agrónomos de las más importantes empresas productoras y exportadoras de manzano del país, al tener que lidiar, las últimas temporadas, contra un nuevo factor que perjudica sus huertos de exportación: el “gusano del tebo”. En efecto, observaciones de campo y muestras tomadas en distintas localidades de las regiones del Maule y del Biobío han evidenciado la presencia de este insecto que en su estado larvario está taladrando los árboles llegando a destruirlos.

Este gusano, muy popular por su utilidad como carnada entre los pescadores, es un verdadero taladro que perfora el tronco y ramas del manzano, así como también del cerezo, palto y olivo, entre otros árboles frutales y otros nativos. 

Hablan los especialistas 

El especialista en plagas agrícolas del INIA Quilamapu, Luis Devotto, indicó que el gusano del tebo es una plaga conocida hace muchos años y que corresponde a dos especies diferentes, Chilecomadia valdiviana y Chilecomadia moorei. Agregó que se trata de especies nativas de Chile y Argentina, y que necesitan de 1 a 3 años para desarrollarse desde el huevo al adulto. Consultado respecto al impacto de la plaga, el ingeniero agrónomo y entomólogo de INIA sostuvo que “este insecto se presenta, generalmente, en huertos muy antiguos o abandonados. Sin embargo, últimamente también está atacando huertos jóvenes de manzano, con buen manejo sanitario, especialmente de la variedad Gala, lo que evidentemente ha llamado la atención”. Desde un punto de vista económico, Devotto manifestó que los huertos afectados tienen menor rentabilidad, al tener que hacer una o dos aplicaciones extra de insecticidas, además de la pérdida de entre un 5-10% de los árboles cada año. 

El investigador Luis Devotto estima que la superficie afectada oscila entre las 400 y 800 hectáreas. Pero agrega que “la preocupación no surge de la cantidad de hectáreas afectadas, sino más bien de la tendencia, pues cada año se detecta en nuevos huertos”. 

Por último, el entomólogo recalcó que la situación no es comparable con la situación de otras plagas, como la polilla del racimo de la uva Lobesia botrana. ”No estamos ante un tsunami en la producción del manzano, pero sí se requiere encontrar una solución de largo plazo que compatibilice el interés de los productores, que quieren bajar o al menos mantener sus costos, con los intereses de los consumidores, que quieren fruta sin residuos de pesticidas”. 

Desde el punto de vista del daño, el investigador Andrés France, especialista en enfermedades de plantas del INIA sostiene quela herida que hace el gusano es tan grande, que permite la entrada de patógenos secundarios, especialmente hongos como el cancro europeo y Cytospora sp., que aprovechan las galerías que dejan los insectos. Agrega que la mortalidad del árbol ocurre por la acción conjunta del gusano del tebo que genera el daño físico y y de los hongos que generan enfermedades. 

En diversos recorridos ambos especialistas han detectado huertos con fuertes ataques de gusano del tebo en la Región del Maule (Linares, Parral, Villa Alegre) y en la Región del Bío Bío (alrededores de San Nicolás). 

Forma de control 
Ambos investigadores coinciden en el diagnóstico: “Muy difícil de controlar. Llegar al interior de la madera con insecticida es imposible. Además, los insectos perforan sin una dirección pre-establecida y muchas veces los productos que se inyectan, al ser líquidos, se devuelven”. Es decir, el laberinto de galerías en los troncos se transforma en una fortaleza para los “tebos”. El control de los adultos (polillas), que son los encargados de la reproducción de la especie, tampoco es fácil, ya que pueden volar en diferentes meses del verano. 

Lo que el equipo de INIA está probando es un gel con nemátodos entomopatógenos, microorganismos semejantes a lombrices microscópicas, que pueden moverse dentro de las galerías usando como señal el CO2 producido por el insecto. Así, se transforman en verdaderos cazadores en miniatura que parasitan y dan muerte a su presa. La primera prueba de campo demostró que los nemátodos fueron capaces de matar a las larvas de tebo que encontraron. “Estamos concentrándonos en bajar el costo del prototipo y de adaptarlo para que sea práctico de usar por los productores” remataron Luis Devotto y Andrés France, encargados de esta investigación.

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